Evaluación integral desde la primera visita:

Historia médica detallada (medicación, hipertensión, diabetes, osteoporosis, anticoagulantes, etc.).

Valoración periodontal completa (encías, movilidad dental, recesión).

Evaluación funcional (oclusión, mordida, desgaste).

Diagnóstico por imagen más completo (radiografías, TAC si es candidato a implantes).

Exploración de mucosa oral (detección de lesiones precancerosas o infecciones).

Antes de la cita:

Confirmación telefónica clara y cálida.

Recordatorios adaptados (mensaje + llamada si es necesario).

Durante la atención:

Lenguaje claro, sin tecnicismos.

Ritmo pausado, permitiendo que el paciente pregunte o se exprese.

Explicación visual de diagnósticos y tratamientos (pantallas, modelos, esquemas).

Ofrecer pausas si el tratamiento es largo.

Después del tratamiento:

Seguimiento telefónico a las 24-48 h (postoperatorio, dudas).

Entrega de instrucciones escritas y verbales.

Programación de controles regulares, especialmente en tratamientos con implantes.

Instalaciones adecuadas: accesos sin escaleras, salas de espera agradables y sillones de trabajo comodos.

Tiempo extra en agenda para no apresurar procedimientos.

Música o ambientación tranquila en gabinete.

Aire acondicionado regulado.

Consentimientos informados claros, con opciones de acompañamiento.